Sólo tenía 14 primaveras cuando descubrí que los momentos de tensión hacían que mi cuerpo se comportase de manera extraña.
Pude percibir cómo él estaba tan tenso y emocionado por ese momento como yo; fue como si mi cuerpo se incendiase, abandoné mi sentido y me refugié en mis instintos. Le besé una vez algo tímida, pero luego siguieron besos apasionados; era como si hubiese perdido la consciencia, no me enteraba de lo que hacía, y no me enteraba de que estaba condenando a mi primer chico a una muerte terriblemente doloroso: le estaba quemando vivo y no me enteraba.
Cuando cayó de mi lazo mortal, volví a la normalidad; estaba muerto, y no tenía muy claro cómo lo había hecho. La tristeza y el miedo me invadió, corrí y corrí, cogí mis ahorros, me subí a un taxi y me dirigí al lugar más remoto que conocía: Alaska.
Pude percibir cómo él estaba tan tenso y emocionado por ese momento como yo; fue como si mi cuerpo se incendiase, abandoné mi sentido y me refugié en mis instintos. Le besé una vez algo tímida, pero luego siguieron besos apasionados; era como si hubiese perdido la consciencia, no me enteraba de lo que hacía, y no me enteraba de que estaba condenando a mi primer chico a una muerte terriblemente doloroso: le estaba quemando vivo y no me enteraba.
Cuando cayó de mi lazo mortal, volví a la normalidad; estaba muerto, y no tenía muy claro cómo lo había hecho. La tristeza y el miedo me invadió, corrí y corrí, cogí mis ahorros, me subí a un taxi y me dirigí al lugar más remoto que conocía: Alaska.
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